Los cambios suelen venir a provocarnos a la incomodidad y frustración. Pero hay algo más que los cambios traen consigo y es el hecho de despertarnos a la cantidad de motivos que tenemos para estar agradecidos y disfrutar.
Lo que antes era algo común y cotidiano, ahora lo puedes apreciar y celebrar como algo extraordinario.
Para mí cocinar y escribir, han sido dos aspectos que en realidad disfruto. Sin embargo, es hasta este tiempo, en el que nos encontramos asistiendo a visitar tantos médicos y frente a escenarios «inestables», que decido poner manos a la obra para combinar ambos gustos generando este blog en el que puedo compartir con otros lo que estamos aprendiendo – aún con una agenda saturada hasta el tope -. Me encanta comprobar que disfrutar de la vida es cuestión de elección y no de suerte.
Hoy me puse a experimentar con una receta de pudín. Siempre he sido fan del pudín y con los cambios que estamos haciendo en el consumo del azúcar, me alegra saber que existen otras opciones para mí. Aquí te paso lo que resultó ser mi desayuno. A mi marido no le atrae la consistencia del pudín, hecho con semillas de chia; así que me ha tocado doble porción je je je 😀
PUDIN DE CHOCOLATE
(2 porciones)
Ingredientes:
1 1/2 taza de leche de almendras sabor vainilla (sin azúcar)
1 cucharada de yogur griego
1 cucharada de cacao en polvo (sin azúcar y sin cafeína)
4 cucharadas de semillas de chia
Estevia como endulzante (opcional)
2 plátanos en rebanadas
6 fresas
Procedimiento:
- En un frasco con tapa mezclar la leche, con el yogur griego, el cacao en polvo, las semillas de chia y la estevia. Revolver con una cuchara hasta obtener una mezcla homogénea.
- Refrigerar esto durante toda la noche. (En la mañana notarás que esto toma una consistencia espesa ó gelatinosa)
- En un vaso de cristal poner una capa de fruta y una capa de pudín de chocolate hasta cubrir completamente el vaso. ¡Y listo!
Este pudín puedes ponerlo en un contenedor de plástico para llevarlo a la oficina, así no tendrás excusa para no desayunar.