
Tengo amigos y familiares que al ver lo que está sucediendo con nosotros en esta transición a un estilo de vida sano, nos comentan que tienen la intención de comenzar a comer de manera saludable. Junto con el comentario, viene la declaración de lo difícil que esto resulta, aún cuando lo han intentado.
La intención que calificas como «difícil», DIFICIL será; tu determinación a verte apoderado para comprobar que algo es factible, es lo que hace la diferencia.
Tiempo atrás, yo tuve la intención – muchas veces – de hacer cambios en nuestra alimentación en casa. La resistencia al cambio con la que me encontraba con la familia, tampoco era un buen aliado. El deseo estaba latente, pero no sabía cómo poner manos a la obra. ¿Qué fue lo que sucedió en estos meses? La transformación de nuestra resistencia e intenciones para que ambos (mi marido y yo) estemos en el mismo canal.
LO DIFICIL NO ES IMPOSIBLE, CUANDO PERMITO QUE UNA INTENCIÓN SE TRANSFORME EN MI OBJETIVO.
El diagnóstico de salud de mi marido no era lo que yo hubiese deseado como el «disparador» de toda esta revolución que vivimos; sin embargo en este escenario inesperado, estoy participando en comprobar los alcances de lo que sucede cuando reconoces que una intención jamás producirá cambios significativos en tu vida.
Comer sano puede ser una buena intención; mi propósito es poseer salud integral.
Es así como nos encontramos hoy: De comer roles de canela glaseados de lata (que compras listos para hornear), experimentando con una versión vegana de roles de canela 100% caseros. 😀 Un proceso que solo ha sido posible por el reconocimiento de la capacidad y fuerza que está en nuestro interior. Aquí te van los detalles de este experimento. Mi comensal le dio el visto bueno aportando sugerencias que integramos en esta descripción:
ROLES DE CANELA CON HARINA DE COCO
Ingredientes:
1/2 taza de linaza molida
1/2 taza de agua
1 plátano maduro
2 cucharadas de miel ( ó de miel de maple 100% pura para los veganos)
2 cucharadas de aceite de coco derretido
1 cucharadita de vainilla
2/3 taza de harina de coco
1/4 cucharadita de sal de mar
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1/2 cucharadita de canela en polvo (busca canela de Ceilán en tiendas naturistas) Oprime aquí para conocer la diferencia
Para el relleno:
2 cucharadas de miel (ó de miel de maple 100% pura para los veganos)
2 cucharadas de aceite de coco
1 cucharada de canela en polvo (Canela de Ceilán que se consigue en las tiendas naturistas)
Para el glaseado:
2 cucharadas de aceite de coco (ablandado)
2 cucharadas de miel (ó miel de maple)
Canela en polvo (opcional)
Procedimiento:
1. Precalentar el horno a 350 grados F / 175 grados Celsius.
2. Mezclar la linaza molida con el agua y poner esto en el microondas por 1 ó dos minutos hasta que se haga espeso.
3. En el tazón donde está la linaza con agua, integrar el el plátano (aplastado previamente con un tenedor), la vainilla, el aceite de coco y la miel.

4. En un tazón por separado, revolver el harina de coco, canela en polvo, bicarbonato de sodio y sal. Sobre esto, agregar la mezcla de linaza y plátano revolviendo bien hasta lograr una consistencia uniforme. (Se puede añadir un poco más de harina de coco para que esta masa no esté pegajosa). – Foto 1 –
5. Utilizando las manos, extender esto sobre una charola con papel estraza formando con la masa, un rectángulo. – Foto 2_

6. Revolver dos cucharadas de aceite de coco derretido y dos cucharadas de miel. Barnizar con esto la masa en rectángulo, utilizando una brocha. Espolvorear una cucharada de canela de manera uniforme. – Foto 3 –

7. Enrollar esta masa, iniciando por el extremo inferior hacia arriba. Con la ayuda del papel, ir avanzando en darle forma al rollo sin que este se rompa. – Foto 3 –

8. Cortar el rollo en partes iguales y hornear de 15 a 20 minutos ó hasta que comiencen a estar dorados por encima.. – Foto 4 y 5 –

9. Mientras tanto, preparar el glaseado, mezclando dos cucharadas de aceite de coco ablandado y dos cucharadas de miel de maple. Otra opción es revolviendo dos cucharadas de yogur griego y miel. Ó si prefieres, solamente agregando un poquito de miel de maple encima.