
No es a donde hemos llegado lo que me conforta, sino hacia donde nos dirigimos juntos.
Fui a la tienda como todas las semanas, pero esta vez me acompañó mi comensal favorito. Usualmente él no va conmigo, pero en esta ocasión quiso hacerlo para ayudarme a cargar las cosas pesadas y hacerme más ligero el trabajo. Sigo recuperándome cada día del cansancio que me pegó recientemente, así que estos días ha sido más bien él, quien me ha estado cuidando a mí.
Conforme caminábamos en los pasillos del súper mercado y llegábamos a las secciones donde están las salchichas, galletas, pan dulce, pastas, jugos, sodas etc, me sorprendía al percatarme de que ambos «pasábamos de largo» como si tales productos ni siquiera existiesen para nosotros. El contraste con lo que vivíamos tiempo atrás escogiendo juntos la comida, me resultaba verdaderamente difícil de creer, ya que comenzamos esta transición en la alimentación tan solo tres meses atrás. No es que él fuese fan de la comida chatarra, pero insistía en meter en el carrito lo que sabíamos no era la mejor opción para su condición de salud.
Dicen por ahí que «A la fuerza, ni los zapatos entran», y en efecto así es; a menos que la persona tome conciencia sobre su VALOR, entienda la trascendencia de lo que consume comprobando que comer sano es comer delicioso y elija participar en la responsabilidad sobre sí mismo con respecto a su salud, que puede darse esta transformación.
Lo mejor de todo está en que yo no la hago de capataz con mi comensal favorito, ni ando arriando a nadie en mi casa; tengo el privilegio de integrarme con él en esta transición, facilitando que este proceso (de aprender a comer para vivir) pueda darse para ambos, para mis hijas y para quienes me leen a través de este blog. ¡Nos hemos olvidado de las dietas con fecha de caducidad! 😀
Te comparto aquí el desayuno (que también puede ser postre) que me preparé esta semana. El coco es un cofre de propiedades nutricionales que sigo descubriendo, además de que en la variedad de recetas encuentro diversión.
PUDIN DE COCO CON CHIA
Ingredientes:
- 1 taza de leche de coco
- 1/2 cucharada de vainilla
- 1/2 cucharada de miel (de preferencia cruda y orgánica)
- 2 cucharadas de semillas de chia
- 1/4 taza de coco rallado (sin endulzar)
Procedimiento:
- Poner todos los ingredientes en un contenedor con tapa y revolver bien.
- Refrigerar toda la noche (ó por lo menos 5 – 6 horas)
- Servir agregando encima un poco más de coco rallado, granola ó frutas de tu elección.