No me cansaré de decirlo: ¡Me encanta usar la olla eléctrica de cocción lenta! No solo porque te hace la vida más fácil, sino por lo que resulta de cocinar los alimentos tan despacio,  le da un sabor muy especial a las comidas.  Esta olla funciona al revés de lo que la modernidad nos impone: Hacer todo a la velocidad del rayo. La ollita lleva un paso lento pero constante y sin interrupciones.  Es precisamente entendiendo este contraste, donde me he encontrado personalmente estos días (razón por la que dejé de bloguear temporalmente).

Comenzó la rutina del 2016 y cayó sobre mí el cansancio de los 8 meses en los que hemos andando en esta aventura con médicos y demás.  Por esta razón, puse mi agenda en modalidad «urgente», solo atendiendo lo estrictamente necesario para entrar en una fase que llamo «modalidad recarga».    Durante esta pausa estoy poniendo sobre la balanza tantas cosas, reconsiderando mis motivos, sacándome del zapato muchas piedras, a la vez que estoy dando tiempo a mi cuerpo de recuperarse de los meses de presión a los que estuvo sometido.

Me anima tanto percatarme del hecho de que ponerme en PAUSA no quiere decir que estoy poniendo FIN a mis objetivos; más bien se trata de la  preparación (SET UP) para una nueva etapa en mi vida 😀

Disfruto de ver cómo las cosas fluyen alrededor de mí sin tener que esforzarme, de dejar los trastes sin lavar, la casa sin recoger por el hecho de entender que mi descanso es ahora la prioridad.  Aunque sigo adelante con el 50% de mis actividades (mi trabajo  en la oficina, cocinando, lavando ropa etc) lo hago todo a paso L-E-N-T-O , y  lejos de desesperarme, el dolor en mi espalda y articulaciones solo me recuerda que es tiempo de tomar las cosas con verdadera calma, reordenando mi mundo interior con respecto a quien YO SOY  y LO QUE VALGO.

Para muchos es una sorpresa escuchar que estoy cansada, cuando en realidad la mayor sorpresa para mí es cómo es que me he mantenido de pié y sin enfermarme nunca a lo largo de los ocho meses en los que literalmente vivimos la conmoción del piso sobre el cual estábamos parados.  Solo Dios es quien me ha sustentado y lo sigue haciendo fielmente por amor.

He tenido mucho antojo de sopas y me animé a hacer esta receta que está súper fácil. Fui a un restaurante donde me ofrecieron Sopa de Champiñones y Cebada; me gustó tanto que me dispuse a buscar alguna opción parecida en el internet. ¡El éxito fue rotundo con este experimento! Además de deliciosa, las propiedades nutricionales de la cebada son sorprendentes y muy recomendables para integrar este cereal en muchas otras opciones en la alimentación diaria. Aquí te va la receta:

RECETA DE SOPA DE CHAMPIÑONES Y CEBADA

Ingredientes:

• 9 tazas consomé de carne (orgánico de preferencia)
• 500 gramos de champiñones, limpios y sin tallo, cortados en rodajas delgadas.
• 1 cebolla mediana picada finamente.
• 2 zanahorias cortadas en cuadritos.
• 2 tallos de apio cortados
• 3 dientes de ajo molidos.
• 1 cucharadita de sal de mar
• ½ cucharadita de pimienta molida
• ½ cucharadita de tomillo en especia o 1½ cucharadita de tomillo fresco picado.
• ¼ cucharadita de salvia en especie, o ¾ cucharadita de salvia fresca
• ½ taza de cebada
• 1 chile jalapeño picado finamente

Procedimiento:

1. Colocar todos los ingredientes en una olla eléctrica de cocción lenta de tamaño mediano ó grande  (también conocida como «crockpot» ó «slow cooker»).
2. Cocinar esto durante 7 u 8 horas a temperatura baja.
3. Servir y disfrutar.  (Opción: Agregando unas gotas de limón a la sopa puedes acentuar el sabor todavía aún más)