Mi salud, una prioridad.

IMG_7581

Inicia el año y con ello las resoluciones bien intencionadas por cambiar hábitos. Me atrevo a decir que la más popular de ellas es la relacionada con la pérdida de peso.  Tristemente estos propósitos en su mayoría, pierden su fuerza conforme avanzan los meses y tienden a quedarse en solo un deseo por alcanzar.


Las aspiraciones son positivas, pero no suficientes para anclarte en el desarrollo de un nuevo estilo de vida. 


Para nosotros esta ‘resolución forzosa’ llegó en pleno mes de Octubre; justo ante la víspera de la etapa del año en la que más festejos y comida hay por todas partes ( lo cual hacía de este reto algo más complicado ). Aunque el médico nos había comunicado este asunto anteriormente, la resistencia al cambio prevaleció durante varias semanas.   No había tiempo qué perder, ya que esto no podía esperar para Enero. La condición de salud de mi esposo estaba en función directa de nosotros decidir dar este paso.

Lo que sucedió en las últimas diez semanas me da pauta para compartirte el proceso que vivimos hasta hoy en este sentido; no porque ya lo hallamos logrado todo, pero sí porque los pasos dados han sido lentos, pero constantes y sonantes en esta dirección, viendo resultados no tan solo en la disminución de peso, sino en el estado de salud integral de mi marido (y mío también por supuesto).

Muchos buscan la «píldora mágica» para lograr bajar de peso; convéncete de una vez… Ésta no existe.  Lo que es real, es la definición clara de la salud como tu prioridad y el desarrollo de la constancia y disciplina en esa dirección. 

Si pudiera resumir los pasos que hemos dado hasta aquí, en esta transición hacia un estilo de vida saludable,  lo que viene a mi mente son los siguientes puntos:

1. No hagas un propósito de año nuevo basado en tu peso, sino un objetivo personal basado en tu VALOR.  Te subes a la báscula cada día y te frustras; la frustración te produce ansiedad, y la ansiedad a su vez te hace comer en mayores cantidades, y altera negativamente la forma en la que procesas lo que comes. Pregúntate «¿Cuánto vales?» y conoce la verdad sobre esta respuesta.  Deja que tu valor se convierta el motor por el que inicias esta transición hacia un estilo de vida saludable.

2. No te engañes a ti mismo. Dile adiós a las dietas de una vez por todas, y comprende que lo único efectivo es el aprender un estilo de vida saludable.  Esto quiere decir que no se trata de una carrera de cien metros, sino de una maratón. Nadie llega a la meta corriendo 15 Km sin haber entrenado por meses ó años. Incorporar cambios pequeños ( pero significativos ) que puedas sostener, es la mejor manera de comenzar y continuar dentro de esa carrera. El problema más grave está en reprimir los impulsos a la comida temporalmente (por una dieta) para luego regresar a los hábitos antiguos y desquitar todo lo que no comiste. Se trata de adquirir nuevos gustos y aprender a disfrutar del proceso.

3. No corras cuando no has aprendido a caminar. Los resultados más importantes que van a darse primero son los que estarán ocurriendo por dentro. Cuando comienzas a integrar cambios graduales en la forma en la que te alimentas,  todo tu metabolismo requiere reorganizarse  y tú requerirás de paciencia para mirar a su tiempo, la reducción de los números de la báscula. Ubícate en que se trata de tu salud integral y no de tu apariencia física exclusivamente.  Aceptar estar enfermo por dentro y atractivo por fuera es una verdadera incongruencia, una idea de la que necesitas liberarte.


Tenemos un largo camino por recorrer todavía, pero cada paso lo estamos dando porque queremos, porque nos está resultando muy divertido y porque finalmente sabemos que esto es LO MEJOR. 


2 comentarios

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s