
Cuando nuestros hijos son testigos presenciales del impacto positivo que produce una alimentación saludable, en una condición como la que su papá recibió como diagnóstico aquí, sin duda alguna viven una sacudida en su perspectiva sobre nutrición, pero mucho más importante, sobre la responsabilidad que cada uno necesitamos asumir en el cuidado de nuestro cuerpo. Interesantemente, en esta nota no voy a platicarte tanto de lo que ellos aprenden de nosotros los padres, sino de lo que potencialmente los papás podemos aprender de nuestros hijos.
Ellos observan todo. Lo que decimos, hacemos y la actitud con la que nos movemos. Prueban lo que cocinamos y nos dan su opinión. Nunca les obligamos a comerse lo que les parece raro y les damos su espacio para formar sus propias conclusiones. Recibimos la retroalimentación respetuosa de lo que consideran sabe bien ó de lo que podría modificarse en la receta para obtener mejores resultados. No te lo tomas como algo personal cuando te dicen que algo no te salió bien, ó cuando te sugieren no repetir alguno de tus experimentos culinarios.
En este ambiente hemos vivido el último año con mi hija de 18 años quien día a día ha participado con nosotros en la transición de lo que comemos en casa. A mi hija le he llamado en este proceso «La juez de hierro» 😀 La crítica constructiva que ella me ha aportado ha sido de gran ayuda para mí, y sus elogios cuando en realidad un platillo le gustó mucho, han sido una prueba de que se puede convencer aún a los paladares más exigentes je je je….
Cada persona en la familia vive su propio proceso y somos respetuosos de ello.
El mes pasado mi hija se fue a estudiar la universidad a otra ciudad, ahora ella está en la necesidad de cocinar por su cuenta. Las decisiones que toma sobre qué comer ya no están sujetas a lo que sus papás ponen a su disposición en el refrigerador ó en la alacena (¡aunque a veces le envío comida hecha para consentirla!). Esta semana me envió una foto de uno de los platillos que ella misma cocinó: Quinoa con chile guajillo y ensalada de lechuga con manzanas y arándanos. Jessica estaba muy emocionada porque era la primera vez que preparaba quinoa y no sólo siguió las indicaciones de la receta que le envié sino que le puso su propio toque añadiendo chile guajillo triturado (el chile seco que le ponen a la pizza).
Yo soy la alumna en medio de todo esto. Estoy aprendiendo que podemos influenciar mucho más eficazmente la vida de nuestros hijos cuando les permitimos VER nuestro propio proceso y luego les damos su propio espacio para emitir sus propias conclusiones. Estoy descubriendo que no todos podemos avanzar al mismo ritmo en los cambios nutricionales que realizamos y que tratar de imponer ó manipular nuevos hábitos alimenticios en otros, solo resultará en dificultar y retardar su avance.
Jamás podremos convencer a los demás de lo que es mejor por repetición de los mismos «sermones» ó por la cantidad de argumentos que continuamente les damos. Son los resultados evidentes en ti mismo lo que se convierte en un imán que provoca el interés y APERTURA en los que te rodean.
Te comparto aquí la receta de quinoa picante que Jessica me envió. Si ella la disfrutó tanto es una garantía que te gustará. 😀
RECETA DE QUINOA CON CHILE GUAJILLO
INGREDIENTES:
- 1 taza de quinoa ó quinua
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 2 tazas de caldo de pollo orgánico y bajo en sodio
- 2 cucharadas de cebolla blanca picada finamente (Jessica usó sazonador de cebolla porque le disgusta mucho el olor de la cebolla picada).
- 2 cucharaditas de mantequilla ó ghee (opcional)
- 1/2 manojo de cilantro picado
- 1 cucharadita de chile guajillo seco y triturado (más ó menos según el gusto por la comida picante).
PROCEDIMIENTO:
- Poner a calentar el aceite de oliva en un sartén. Sofreír la cebolla revolviendo con frecuencia.
- Agregar la quinoa y continuar revolviendo por aproximadamente 5 minutos para que esta tenga una consistencia como tostadita.
- Añadir el caldo de pollo, el cilantro picado, el chile guajillo seco. Tapar y cocinar a fuego medio por aproximadamente 15 minutos (ó hasta que notemos que el líquido se ha secado).
- Este paso es opcional pero le da un sabor adicional. Agrega dos cucharaditas de mantequilla sobre la quinoa todavía caliente. Tapa nuevamente hasta que ésta se derrita.
La receta de la ensalada de lechuga con manzana de la fotografía, puedes verla haciendo click aquí
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