Aunque mi blog es un espacio para hablar escencialmente de nutrición y alternativas para mejorar nuestro estilo de vida, no puedo dejar de compartir contigo acerca de una parte vital de nuestro ser, desde la cual fluye todo aquéllo que pensamos, decimos y hacemos: Se trata de nuestro corazón.
El cardiólogo jamás te dirá lo que yo quiero dejarte saber en esta nota, porque la salud va mucho más allá del óptimo funcionamiento fisiológico del músculo que irriga la sangre a todo tu cuerpo ó del resto los órganos que conforman tu anatomía. Estás diseñado con algo más que piel y carne y por esto es preciso que abordemos el asunto, si en realidad estás interesado en disfrutar de un estado de equilibrio permanente en todo tu ser.
Muchos de nosotros recurrimos a recibir atención médica cuando tenemos algún padecimiento y no cesamos hasta encontrar el tratamiento indicado para dicha enfermedad.
- Pero ¿qué sucede cuando el dolor, la soledad, la insatisfacción ó el vacío te sacuden por dentro?
- ¿A quién recurrir cuando lo que te aqueja es una tristeza que te supera ó una incomprensión inagotable?
- ¿Qué medicamento necesitas tomar cuando el cansancio que te agobia no es un desgaste físico?
Frente a la manifestación de síntomas como estos, sabemos que lo que lógicamente sucede es que seamos referidos a recibir la atención de piscólogo ó un psiquiátra, para quienes reitero todo mi respeto en su profesión. Sin embargo, existen aspectos en los que ellos mismos reconocen tener sus limitaciones y dentro de su lenguaje objetivo animan a los pacientes a la búsqueda de un propósito espiritual, como parte del paquete requerido para recuperar el balance para sus vidas.
Es de esta parte «indescifrable» de la que quiero hablarte en palabras sencillas. Tú eres un individuo espiritual porque has sido creado para funcionar con un espíritu dentro de ti. Bien puedes comer lechuga todos los días, hacerte vegano y tener el mejor nutricionista del mundo dándote las recomendaciones para una dieta perfecta, pero si esta parte escencial de tu ser llamada espíritu, no recibe la misma atención que le das a tu cuerpo, estarás padeciendo de un sin número de dolencias que terminarán por mermar tu salud física (y viceversa).
¿Quieres en realidad la sanidad de todas tus enfermedadades ó estás bien con encontrar algo que las «adormezca»? ¿Estás buscando recibir una solución a la raíz que las ocasiona ó te conformas con un remedio temporal?
Tu corazón es el cuarto donde se encuentra el generador de la salud (la vida).
Es precisamente aquí – en tu espíritu – en ese cuarto de maquinarias internas, donde necesitas ubicar las conexiones que se relacionan con las dolencias intangibles ó los achaques que físicamente te aquejan. No se trata de que encuentres lo que está mal, sino lo que está demandando que le des atención, lo cual es muy distinto. La invitación que te hago en esta nota no es a que «te eches un clavado dentro de ti mismo», sino a que te entiendas dentro del diseño de Aquél que te formó y te dio la vida, a fin de que puedas gozar de la V-I-D-A en toda la extensión de la palabra.
No te quedes más en una concepción limitada de lo que implica vivir sano. Disfrutar de SALUD es gozar de un corazón que fisiológicamente palpita como «relojito», en la consciencia que es en tu espíritu donde eres invitado a participar activamente de recibir LIBERTAD y por consiquiente de ser traído a la posesión de PLENITUD. Aprende a permitir que desde ese centro de operaciones, fluya un manantial de vida y sanidad a tu ser entero. Todo comienza con una decisión.
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